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Luchando contra las drogas con la educación
 
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¿Qué es Scientology?


Para responder a la demanda que crece rápidamente por parte del público para descubrir ¿Qué es Scientology?, la Iglesia de Scientology ha realizado un considerable esfuerzo en la pasada década para hacer que la información acerca de la religión esté ampliamente disponible, por medio de libros, películas, folletos, conferencias y campañas de anuncios informativas.

Para los españoles interesados en descubrir por si mismos acerca de Scientology, ahora está disponible la fuente de información más completa y de más autoridad sobre el tema, que adecuadamente se titula ¿Qué es Scientology?

Hemos estado publicando capítulos del libro en sucesivas ediciones de Etica y Libertad.

En esta edición publicamos un extracto del capítulo 9 concerniente a la solución de la Iglesia de Scientology a los efectos destructivos de las drogas para el espíritu humano.

Más extractos del libro se reproducirán en sucesivos números de Etica y Libertad en nuestro esfuerzo continuado de proporcionar a nuestros lectores respuestas a sus preguntas acerca de Scientology.


Las drogas no sólo son una amenaza física. Más de 250.000 personas se han liberado de los perniciosos efectos que causan las drogas a nivel mental y espiritual, mediante el Programa de Purificación desarrollado por L. Ronald Hubbard.

La investigación ha demostrado que el elemento en particular más destructivo presente en nuestra cultura actual son las drogas.

El uso de drogas callejeras –LSD, heroína, cocaína, polvo de ángel, marihuana y otras– ha proliferado en todos los niveles de la sociedad. Los estudiantes universitarios se atrofian el cerebro con marihuana; a los niños de las escuelas se les persuade diariamente para que tomen pastillas, tanto mediante presiones de sus compañeros como farmacéuticas; y el aparentemente común y corriente López, que vive calle abajo, y Pérez, el del trabajo, albergan un hábito del que nadie sospecha ni se preocupa.

El consumo extendido de drogas ilegales –muchas de las cuales originalmente fueron remedios prescritos– ha creado una industria que mueve 500 mil millones de dólares al año. De acuerdo a algunos cálculos, ahora la marihuana es el producto agrícola que más se vende en Estados Unidos. En la actualidad, se abusa mucho de la cocaína y sus derivados, que estuvieron muy de moda en los años 70, debido en gran parte a las afirmaciones de psiquiatras, en fecha tan reciente como 1980, de que el uso de la cocaína no causaba adición. Estas afirmaciones no podían haber sido más engañosas.

Al investigar las barreras a la ganancia espiritual causadas por las drogas, L. Ronald Hubbard desveló la existencia de una personalidad de drogas: una personalidad artificial creada por las drogas.

“Al parecer, las drogas pueden cambiar la actitud de una persona, de su personalidad original a una que alberga en secreto hostilidades y odios que uno no permite mostrar en la superficie”, escribió el Sr. Hubbard. “Aunque esto puede no ser cierto en todos los casos, sí establece un lazo entre las drogas y las crecientes dificultades con el crimen, el trabajo y el fracaso moderno de la cultura social e industrial”.

El declive de la agudeza mental y del carácter ético en la sociedad es tan patente como los titulares que pregonan los devastadores efectos fisiológicos de las drogas. “El escenario de las drogas es de ámbito mundial”, concluyó el Sr. Hubbard. “El mundo está nadando en sangre y miseria humanas”.

Las drogas médicas y psiquiátricas han demostrado ser tan malignas y dañinas como las drogas de la calle, y forman un vector igualmente destructivo en esta tendencia Bioquímica. (Véase el Capítulo 29.) Las estadísticas muestran que en fecha tan temprana como los años 50, las dosis diarias de pastillas para dormir o de analgésicos se habían vuelto tan comunes que difícilmente se les consideraba como drogas. El Valium fue la primera droga que ocupó su lugar entre los tranquilizantes predilectos. Sin embargo, en la actualidad tenemos drogas que alteran la mente y el estado de ánimo como el Thorazine, Stelazine, Zoloft, Prozac, Tofranil, Xanax y Ritalin, que son aún más dañinas que las drogas de la calle. La forma generalizada en que se prescriben estas drogas como panacea es con frecuencia algo escandaloso para los que no están informados.

Sin embargo, la investigación del Sr. Hubbard llevó a esta conclusión: “Por desgracia, no se reconoce que una persona, cuyo dolor se ha atenuado mediante un sedante, permanece embotada por la misma droga, y el máximo dolor de la muerte está mucho más cerca. Debería ser obvio que las personas más tranquilas del mundo son los muertos”.

El consumo de drogas es, en gran medida, parte de la vida de nuestro mundo moderno.

Además, los avances tecnológicos del siglo pasado han producido muchos efectos secundarios perniciosos, cada uno de los cuales amenaza el bienestar del individuo. El smog, por ejemplo, era desconocido antes del crecimiento de los centros fabriles en Gran Bretaña. En la actualidad, las principales ciudades del planeta informan a sus habitantes de la calidad del aire que están respirando. Hace 100 años, los principales conservantes de la comida eran la sal o el hielo. Hoy, casi todos los alimentos envasados contienen una lista de ingredientes artificiales que es más larga que la de los alimentos naturales. Los desastres ambientales, como la catástrofe de 1986 en la central eléctrica nuclear de Chernobyl, en la que fuera la URSS, por no mencionar la exposición a la radiación de las pruebas generalizadas de bombas nucleares, no existían hace 50 años.

Vivimos en una sociedad que está orientada químicamente. La Agencia de Protección Ambiental informa que el norteamericano medio consume casi dos kilos de pesticidas cada año y que tiene residuos de más de 400 sustancias tóxicas en su cuerpo. En los alimentos que comemos, se encuentran más de 3.000 aditivos químicos.

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L. Ronald Hubbard investigó esta barrera a la libertad espiritual mucho antes de que fuera reconocida por el resto de la gente como la gran preocupación social que es en la actualidad.
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No hay escape de nuestra contaminada civilización; más aún, se han encontrado que estas sustancias pueden poner al individuo en una especie de condición “acartonada”: sin sentimientos, insensible, incapaz, indigno de confianza: una amenaza para sus compañeros que están atrapados en las dramatizaciones de su mente reactiva.

Ni la contaminación tóxica ni el abuso de drogas eran una preocupación importante en 1950, cuando L. Ronald Hubbard publicó Dianética. Sin embargo, para la década de los 60, ya habían llegado estos terribles fantasmas, y la investigación del Sr. Hubbard demostró que una persona que había estado tomando drogas intensamente no era capaz de lograr ganancias espirituales con la auditación. Esta condición no se había encontrado antes en sus investigaciones, ya que las drogas todavía no habían penetrado tan profundamente en la sociedad. Pero se volvió cada vez más predominante y requería una solución, porque ahora las drogas representaban un obstáculo cada vez más grave para el progreso en la auditación.

EL FACTOR BIOQUÍMICO

La forma en que un ser percibe la mayor parte de su existencia es a través de los canales sensoriales del cuerpo. El cuerpo es un centro de comunicaciones para el ser, y el cerebro actúa como un tablero de control para traducir el pensamiento en acción. Las acciones bioquímicas de las drogas alteran las operaciones normales de este modelo de comportamiento, a menudo con consecuencias dañinas o hasta desastrosas.

L. Ronald Hubbard investigó esta barrera a la libertad espiritual mucho antes de que fuera reconocida por los demás como la gran preocupación social que es en la actualidad. Su trabajo dio como resultado un manejo verdaderamente eficaz de los efectos bioquímicos adversos de las drogas y de otras toxinas.

Descubrió que los residuos de las drogas y otras toxinas se alojan en los tejidos grasos del cuerpo y se quedan ahí, incluso años después de haberse ingerido. Descubrió también que estos residuos pueden continuar afectando adversamente al individuo mucho después de que el efecto de la droga aparentemente ha desaparecido. Se ha sabido que tales depósitos causan en las personas disminución de la percepción, cansancio, confusión del pensamiento y una multitud de síntomas diversos, cada uno de los cuales es contrario a lo que se logra por medio de la auditación. Se ha presentado evidencia de casos en los que la persona reexperimentó los efectos del LSD años después de haber tomado la droga.

Al darse cuenta de que debía tratarse este factor bioquímico antes de poder lograr cualquier ganancia espiritual duradera por medio de la auditación, L. Ronald Hubbard ideó lo que los investigadores independientes reconocen como el programa de desintoxicación más seguro, más efectivo –y el único– de su clase: el Recorrido de Purificación.

En Scientology, un recorrido designa una serie de acciones relacionadas que culminan en un resultado final específico. Desarrollado únicamente para resolver la barrera Bioquímica a la ganancia espiritual, el Recorrido de Purificación es una combinación cuidadosamente planeada de ejercicio, vitaminas, nutrición y uso de la sauna, que extrae los residuos de las drogas y otras toxinas de los tejidos grasos, y permite que estas sustancias se puedan eliminar del cuerpo. La persona que sigue este programa es supervisada muy de cerca por personal especialmente entrenado, en coordinación con médicos, quienes se aseguran de que cada aspecto del programa se entregue de manera correcta y se logren los beneficios deseados.

Cuando la persona se ha liberado de estos efectos dañinos de los residuos de drogas y otras toxinas, se encuentra en mejor posición para progresar como ser espiritual, de lo que muchos miles de personas han dado fe.



“Scientology me ha dado las herramientas para mejorar mi vida.”
  Los cienciólogos son personas que saben que la vida puede ser mejor. También son personas que pueden pensar por sí mismas. Cuando descubrieron que Scientology reconoce que tú eres un ser espiritual, que eso hace posible que conozcas verdaderamente qué y quién eres, decidieron conocerla mejor.

Pero no aceptes la palabra de otro; ¿Qué es Scientology? está disponible en grandes librerías o directamente en la Iglesia de Scientology.
¿Qué es Scientology? Hay disponibles ejemplares gratuitos para líderes religiosos, funcionarios del gobierno y medios de comunicación llamando al Teléfono: 91/522 10 42.

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