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Limpiando las calles de delicuencia y drogas
 
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Informe internacional especial de Ética y Libertad
La continua búsqueda de respuestas

DETRÁS DEL TERROR

Cuando se justifica el terrorismo con “motivos religiosos”, su comprensión y las soluciones potenciales acaban en un callejón sin salida

¿Qué es lo que realmente conduce a los seres humanos a cometer espantosas y abominables acciones de asesinato y suicidio?


Mientras el terrorismo y la posibilidad de acciones militares en la región del Golfo Pérsico continúan alimentando la preocupación del público, y los debates entre políticos y en los medios de comunicación se suceden, hacen falta más respuestas para comprender el terrorismo en sí mismo.

La atribución de los actos terroristas a “fanáticos musulmanes” ha llevado a la conclusión general de que tales ataques son causados por la religión.

Después de todo, los terroristas, como los que conmocionaron a América el 11 de septiembre de 2001, presentaron sus motivos y acciones como una “guerra religiosa”: la “Jihad”.

Sin embargo, aunque las diferencias entre creencias religiosas pueden crear fricciones entre los distintos pueblos, la historia ha demostrado en innumerables ocasiones que hay otros factores, políticos, económicos y étnicos, que han motivado las guerras, los golpes de estado, los levantamientos y otras formas de violencia. Basar la responsabilidad del terrorismo únicamente en la religión es sin duda demasiado simplista.

Y sin importar los motivos que aleguen los terroristas, el caso es que durante las últimas tres décadas hemos asistido a un aumento de acciones perversas; desde los secuestros de aviones a las matanzas indiscriminadas de miles de personas inocentes incluyendo a mujeres y niños.

¿Cuál es el elemento que no se está teniendo en cuenta?

“Lo que el cerebro es al cuerpo”

Mientras los focos informativos internacionales se han centrado desde el 11 de septiembre de 2001 en personalidades como Osama Bin Laden, otras informaciones que han salido a la luz desde entonces, ayudan a explicar cómo se crean los terroristas, clarificando la metamorfosis que experimentan desde ser unos simples fanáticos hasta convertirse en unos asesinos de inhumana violencia.

Empezando con Bin Laden, una investigación de la infraestructura de Al Qaida conduce al cirujano Ayman Al Zawahiri, presentado en los informes de prensa como la mano derecha de Bin Laden y su médico personal. Pero los hechos, sin embargo, revelan que es algo más que eso.

El historial terrorista de Al Zawahiri es, de hecho, mucho más aparatoso y extenso que el de Bin Laden. Según Dia Rashwan, que es un egipcio experto en militantes, el nombre de Al Zawahiri “apareció vinculado prácticamente a todos los casos [de terrorismo] de grupos musulmanes desde los años 70”*1.

Fue Al Zawahiri, entrenado en el Cairo, el que convenció a Bin Laden para formar la organización Al Qaida*2, proporcionando así “la Base” para el entrenamiento, los suministros y las operaciones de los militantes en Egipto y otras partes del mundo.

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Fue al-Zawahiri, entrenado en el Cairo, el que convenció a Bin Laden para formar la organización Al Qaida, proporcionando así “la Base” para las operaciones de los militantes desde Egipto.
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El abogado Montasser El Zayat, antiguo amigo de Al Zawahiri, al que representó ante los tribunales egipcios, manifestó que éste era a Bin Laden “lo que el cerebro es al cuerpo.”*3 Según El Zayat, Al Zawahiri “fue capaz de remodelar el pensamiento y mentalidad de Bin Laden y transformarle de simple partidario de la Jihad afgana (contra la Unión Soviética) a creyente y exportador de la ideología de la Jihad.”*4

¿Cómo? Los métodos exactos utilizados por Al Zawahiri para influenciar a Bin Laden son todavía desconocidos, aunque más de una fuente ha informado que tal médico es también psiquiatra. Así que no es sorprendente el hecho conocido de que Bin Laden haya estado tomando drogas psiquiátricas (“pastillas contra la ansiedad”)*5.

Por otra parte, Al Zawahiri ha propugnado constantemente que la violencia es “purificadora” y debe ser empleada contra los “enemigos” del Islam.*6 Los principales enemigos, dijo, eran los judíos y los americanos, e hizo un llamamiento a “subir el nivel de las acciones de Jihad contra intereses judíos y de Estados Unidos.”

Con el transcurso del tiempo, es obvio que Bin Laden llegó a compartir los puntos de vista de su médico.

Técnicas refinadas de control mental

“Mientras que el terrorismo político ha atraído la atención del público durante un tiempo considerable, no se ha publicado casi nada sobre la manera en que los médicos utilizan su conocimiento y su pericia para apoyarlo”, dijo Gordon Thomas, un veterano corresponsal internacional de la BBC, además de escritor.

Thomas ha dicho que los psicocirujanos y los psiquiatras así como los psicólogos son la gente que se ha puesto al servicio del terrorismo, ya sea terrorismo político, religioso o terrorismo por el terrorismo.

El grado en que los métodos psiquiátricos han permeabilizado y han modelado las redes terroristas de hoy en día, es algo que únicamente ahora está empezando a salir a la luz; así como el grado en que los planes políticos y étnicos han motivado algunos conflictos “religiosos”.

Como nos revela un examen más cercano del entramado terrorista, los psiquiatras usan las técnicas de su oficio para alterar o controlar el comportamiento humano, sobre todo con drogas (psicofármacos) y condicionamiento psicológico. Y en el caso del Mullah Omar, anterior cabeza visible de los Taliban, con electrochoque en una clínica psiquiátrica de Pakistan. Numerosos informes coinciden en revelar que los Taliban estaban controlados por Al Qaida, con el Mullah como hombre de paja.

Durante décadas se han utilizado técnicas brutales. En 1984 el psiquiatra y terrorista Aziz Al-Abub (también conocido como Ibrahim Al-Hadhir), miembro del grupo terrorista Hezbollah, con base en Irán, se dedicó a torturar sin compasión a Bill Buckley, jefe de la oficina en Beirut de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, durante 444 días, inyectándole drogas diariamente. El tal Abub convirtió a Buckley en un ser humano balbuceante, enloquecido y destrozado, antes de asesinarle.

La tortura de Abub es una prueba de hasta qué grado, hace casi 20 años, los maestros del terror poseían técnicas, y disposición para utilizarlas, capaces de alterar la conducta de una persona o de destruir su cordura.

Uno también se encuentra con el principal líder motivacional y entrenador de Al Qaida: el psicólogo egipcio y oficial del ejército Alí A. Mohamed. Durante los últimos años 80 y en los 90, entrenó a los reclutas a fabricar bombas, volar edificios, comunicarse mediante códigos, y (en sus propias palabras): “crear estructuras de células que se pudieran utilizar en las operaciones”.

Esos indoctrinados de Mohamed fueron responsables de algunas de las operaciones más destacadas de Al Qaida. (Mohamed se halla en la actualidad esperando sentencia en Nueva York tras haberse declarado culpable por su papel en los atentados con bomba de las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania, donde fueron asesinadas 224 personas y miles más resultaron heridas).

El incremento del consumo de drogas


Al Qaida y los Talibán perpetuaron y alentaron crímenes genocidas contra los nativos afganos.
No hay duda de que hoy en día los psiquiatras son capaces de manipular sin dificultad el comportamiento humano con la ayuda de psicofármacos y otros métodos físicos y mentales.

Existen estudios internacionales que han demostrado repetidamente la relación causativa de las drogas en los comportamientos violentos y asesinos, tanto en homicidios como en suicidios.

Las herramientas psiquiátricas se han usado desde hace mucho tiempo para facilitar los objetivos militares y terroristas. Por ejemplo, los pilotos “kamikaze” japoneses que se suicidaban atacando los barcos aliados durante la Segunda Guerra Mundial, tomaban anfetaminas para ponerse a tono.

Aunque se interpreta que la ley Islámica prohibe el uso de “todos los intoxicantes”, es decir las sustancias capaces de disminuir la alerta o la capacidad de funcionar (el Corán declara: “Los licores, las apuestas y los ídolos son demonios que debes evitar para que puedas prosperar”), sin embargo en Al Qaida, en otras redes terroristas, así como entre los Talibán, se toman abiertamente; lo que confirma la presencia de psiquiatras, y no de maestros “religiosos”, en el corazón de las operaciones.

En los años 80, se entregaban anfetaminas a los bombarderos suicidas en Oriente Medio. Hoy en día, el Dr. Ariel Merari, un psicólogo de la universidad de Tel Aviv, informa de que los bombarderos suicidas pasan por una indoctrinación psicológica dirigida a motivarles a traspasar el “punto de no retorno”. Más recientemente en la guerra civil de Sierra Leona, niños de tan sólo 7 años de edad fueron drogados con cocaína, anfetaminas y otras drogas para prepararles para el combate. El resultado, dicen, es que así podían dedicarse a sus correrías asesinas durante varios días sin parar.

Las drogas psicotrópicas también han sido una herramienta de los Talibán. Un hospital que era mantenido y suministrado por los Talibán en Jalalabad, por ejemplo, administró a todos sus internos Torazina *7, que es un psicofármaco tan potente que ha recibido el nombre de “lobotomía química”.

Un psiquiatra del norte de Afganistán calculó haber tratado a más de 1.000 soldados y comandantes talibanes, incluyendo a Aktar Osmani, el lider militar Talibán de más alto rango en la zona, al cual recetó Haloperidol, una sustancia que se encuentra en la misma categoría que la Torazina.*8

Téminos de la Guerra Psicológica

Los métodos utilizados para moldear el marco mental terrorista también incluye la indoctrinación y el condicionamiento psicológico. Se persuade a los individuos y/o se les droga hasta que estén en un estado de ánimo conducente a la violencia, a la muerte y al suicidio.

Tales técnicas a menudo comienzan con una herramienta estándar de propaganda: la redefinición de los términos. Al Qaida abusa de la palabra “Jihad”, una palabra con una definición muy específica que permite a la gente defenderse cuando sea atacado, pero nunca para hacer terrorismo.

La palabra Jihad proviene de un término árabe que significa “esforzarse”, y en un sentido amplio, denota el esfuerzo personal de uno contra el pecado. Su significado para la defensa del grupo, sin embargo, fue redefinida por Ayman Al Zawahiri para significar una campaña de terror por todos los medios contra los “Judíos y Cruzados”, llegando al extremo de identificar a los Cruzados de una manera tan vaga que incluso justificaba la matanza generalizada de los Afganos de raza (sobre todo en el norte de Afganistán) que no apoyaban a Al Qaida y a los Talibán.

La “Jihad”, por tanto, llegó a cubrir bajo su capa de aparente justicia, lo que era un genocidio planeado de antemano, incluso contra compañeros musulmanes.


Una prueba de la infraestructura de Al Qaida detrás de Bin Laden (extremo izquierda) muestra que el papel del cirujano Ayman Al Zawahiri (centro) era mucho más importante que el de mero médico personal y mano derecha de Bin Laden. El historial terrorista de Al Zawahiri es todavía más tremendo y extenso que el de Bin Laden. Izquierda: el líder talibán Omar se convirtió en una marioneta de Al Qaeda.

Al Qaida y los Talibán han perpetuado e instigado crímenes genocidas contra los afganos nativos. Conforme a los informes realizados por observadores y autoridades de organizaciones de derechos humanos, estos crímenes han incluido el arrasamiento de cosechas y de suministros de comida; han capturado, encarcelado, torturado y asesinado a hombres y niños; y han violado en pandilla a mujeres y niñas, a menudo matándolas también. Se calcula que decenas de miles de musulmanes del norte de Afganistán fueron exterminados a manos de Al Qaida y los Talibán.

Así que cuando miramos más allá de la retórica religiosa, el programa está obviamente teñido de política y racismo.

Comprensión

El panorama que queda a la vista está plagado de psiquiatras y psicólogos como Ayman Al Zawahiri y Ali Mohamed que trabajan tras las bambalinas de las operaciones de terror. Ellos fueron los que instigaron sus propias motivaciones y condicionamiento en Bin Laden y en otros promotores de las operaciones militares.

Estos maestros del terrorismo explotan la religión al igual que lo hacen con las diferencias políticas y étnicas. Emplean unos campos en los que las pasiones se pueden cultivar con facilidad para controlar a los individuos y a los grupos para que persigan unos objetivos políticos determinados, lo que incluye el establecimiento de una raza superior.

Aunque el decorado es bien distinto, uno puede ver los mismos métodos que se pusieron en práctica en los Balcanes en los años 90. Allí fue el destacado psiquiatra serbio Jovan Raskovic y su estudiante Radovan Karadzic quienes, en nombre de la “Gran Serbia”, fomentaron la violencia en la región y condujeron a la “limpieza étnica” mediante la matanza de los musulmanes. Por no mencionar que Slobodan Milosevic, según se ha informado, fue tratado por Raskovic y/o por Karadzic.

Aunque los maestros del terror puede que sirvan a otros maestros del terror, o que persigan objetivos más amplios, para comprenderles debemos comprender sus métodos, incluyendo las manipuladoras y destructivas armas psiquiátricas, que con tanta efectividad esgrimen; de este modo, podremos estar un paso por delante para impedir más actos malignos y restaurar la paz mundial.

Notas al pie:
*1 Douglas Jehl, “Egyptian Seen as Top Aide and Successor to Bin Laden”, The New York Times, 23 de septiembre, 2001; Hamza Hendawi, “Egyptian Surgeon Said to Be the Brains of Osama BinLaden’s Outfit,” Associated Press, 20 de septiembre, 2001.
*2 “The Afghan Connection”, Moneyclips, April 14, 1994.
*3 Vernon Loeb, “As U.S. Targets Bin Laden, 2 Top Aides Also Draw Scrutiny”, Washington Post, 3 de julio, 2000.
*4 Ibid.
*5 Christina Lamb, “I Come Face to Face with the Taliban Leaders”, Sunday Telegraph (Londres), 10 de febrero, 2002.
*6 Vernon Loeb, “As U.S. Targets Bin Laden, 2 Top Aides Also Draw Scrutiny”, Washington Post,3 de julio, 2000.
*7 C.J. Chivers, “The Ravaged Minds From a Generation of War”, The New York Times, 9 de enero, 2002.
*8 Jeffrey Gettleman, “Taliban Had the Blues, Says an Afghan Doctor”, Los Angeles Times, 11 de marzo, 2002.


Los Delitos de la Psiquiatr a Expuestos
La Comisión Ciudadana de Derechos Humanos (CCDH) ha publicado una serie de revistas de cuidadosa investigación y documentación que ponen al descubierto los delitos de la psiquiatría, el abuso y el fraude en diferentes zonas de la sociedad.

La primera de la serie, Creando Racismo, la Traición de la Psiquiatría, desencadenó una tormenta internacional de controversia sobre la psiquiatría.

La última publicación, Arruinando vidas –La Psiquiatría: traiciona y droga a nuestros hijos, documenta cómo se lleva a cabo el fraude de “los desórdenes educativos”, para enriquecimiento de los que se benefician de los psicofármacos; todo ello en perjuicio de nuestros escolares.

Con más de cuatro millones de niños, sólo en Estados Unidos, a los que se les ha diagnosticado fraudulentamente que tienen “desordenes” mentales, los psiquiatras están creando una generación de adictos.

Para obtener copias de estas revistas, contacta con la Comisión Ciudadana de Derechos Humanos. Apartado de Correos 54123 - Madrid 29080



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