Etica & Libertad - La Voz de la Iglesia de Scientology en España Etica & Libertad - La Voz de la Iglesia de Scientology en España
Contactos Site Map La Voz de la Iglesia de Scientology en España
 
Página principal
Qué hay de nuevo
Ediciones de EE.UU.
Ediciones internacionales
Vídeos
Sitios relacionados
Tu opinión
Suscríbete



 La Voz de la Iglesia de Scientology en España

Limpiando las calles de delicuencia y drogas
 
Página    1  |   2  |   3  |   4  |   5  |   6  |   7  |   8  |   9  |   10  |   11  |   12  |   13  |   14  |   15  |   16  |  

“Se PUEDE hacer algo al respecto”

El lema de los voluntarios, ampliamente reconocido desde el 11 de septiembre del pasado año, une las palabras con la acción tanto en España como en el resto del mundo.



Además de ayudar a innumerables personas en su vida cotidiana, a lo largo del mundo, los Ministros Voluntarios de Scientology también han respondido a los desastres causados por la naturaleza y el hombre. Arriba: la ciudad de Nueva York en el lugar del derrumbe del World Trade Center.
La mujer de 60 años había intentado todas las soluciones que conocía para su dolor crónico de espalda. Las frecuentes visitas al médico y una variedad de tratamientos le habían proporcionado ciertas mejorías temporales, pero no acababa de aliviarse. El dolor siempre volvía.

Como todavía no había tirado la toalla se le despertó la curiosidad cuando, junto con una amiga, decidió visitar la exposición “Qué es Scientology” que se presentó en Madrid este año. Allí la condujeron ante unos paneles donde se exponía el programa de los Ministros Voluntarios. Conforme leía los paneles descriptivos y hablaba con un guía de la exposición, se enteró de que los métodos más utilizados por los voluntarios para ayudar a los demás son las “ayudas” de Scientology.

Esos simples procedimientos fueron descubiertos por el fundador de Scientology L. Ronald Hubbard para ayudar a otras personas a superar los dolores emocionales, el estrés, las enfermedades y las heridas. Sin ser un sustituto del tratamiento médico, se dirigen a los aspectos “espirituales” de esas condiciones, permitiendo a la persona recuperarse con más facilidad.

Cerca de los paneles de los Ministros Voluntarios se había preparado una zona de la exposición para que los visitantes pudieran experimentar alguna de las ayudas por sí mismos. La mujer solicitó que le hicieran una. Veinte minutos después estaba llorando de felicidad y de alivio. Como ella misma explicó, había desaparecido el dolor de espalda que le había acompañado durante cinco años.

Seguidamente, comenzó el curso de entrenamiento de Ministro Voluntario, abierto a gentes de todos los credos, para aprender todas las técnicas disponibles para ayudar a los demás.

Los Ministros Voluntarios, como el que fue capaz de cambiar para bien la vida de esta mujer en cosa de unos minutos, forman la espina dorsal de una red mundial originada en 1976 en Sudáfrica, y que hoy está formada por más de 15.000 voluntarios en naciones tan dispares como Canadá o el Congo.

El programa de los Ministros Voluntarios se inició como resultado de una observación de L. Ronald Hubbard acerca de que la criminalidad en la sociedad estaba aumentando en proporción directa al declinar de los valores espirituales, lo que se hizo muy evidente durante los años 60 y los años 70. El propósito del programa es proporcionar soluciones para los problemas del hombre basadas en lo espiritual, y está abierto a los miembros de cualquier crencia.

Los Ministros Voluntarios de Scientology aprenden una amplia gama de destrezas basadas en principios de la religión de Scientology, para ayudar a los demás en prácticamente cualquier situación problemática: recuperarse de un accidente o enfermedad, superar una pérdida o una conmoción, resolver un conflicto, ayudar a un niño en sus estudios, y mucho más. (No hace falta que uno sea ministro de Scientology para aprender a utilizar estas destrezas).

Entre las técnicas que utilizan los Ministros Voluntarios más frecuentemente están las “ayudas”. Estas funcionan conforme al principio de que cuando alguien se hiere, padece una enfermedad o una conmoción o dolor emocional, tiende a retirarse mentalmente de la zona herida o del entorno en el que se ha herido o traumatizado. Pero al poner al individuo de nuevo en contacto con su cuerpo y su entorno, se alivia o recupera antes y, a veces, muy rápido.

Muy a menudo, los Ministros Voluntarios trabajan individualmente en la sociedad que les rodea ayudando a los enfermos y heridos, haciendo de tutores de niños en sus técnicas de aprendizaje, guiando a los adolescentes descarriados de vuelta al camino de la honestidad, resolviendo disputas en el trabajo o en el hogar, ayudando a los asociados a organizarse mejor en la vida, y de innumerables maneras más.


A la derecha: el huracán Mitch en Nicaragua. Centro: incendio en Australia. Abajo: Hungría durante la inundación del verano de 2002.
A los Ministros Voluntarios de España se les puede ver por Madrid y otras ciudades echando una mano en la campaña “Di No a las Drogas, di Sí a la Vida”, distribuyendo material educativo acerca de las drogas, o contribuyendo a mejorar áreas de la ciudad con alto índice de delincuencia.

A lo largo de los años desde que se inició este programa, los voluntarios han trabajado con relativo anonimato, ayudando no sólo en pequeñas localidades sino, durante los pasados 15 años, también en los escenarios de las mayores catástrofes naturales o causadas por el hombre a las que han podido acceder; desde los campos de batalla de Bosnia y Chechenia hasta las zonas arrasadas por el terremoto de Turquía, o por las devastadoras inundaciones de Europa central.

Esta red de trabajo adquirió un reconocimiento internacional tras el 11 de septiembre de 2001, cuando casi 800 voluntarios respondieron a la tragedia terrorista en la ciudad de Nueva York durante las semanas que duraron los trabajos de rescate y las operaciones de asistencia. Mientras los voluntarios trabajaron en todos los aspectos de las operaciones de asistencia, utilizaron sus “ayudas” para procurar alivio del estrés, los traumas, el dolor y la pérdida. Los resultados fueron evidentes como se reflejó en la gratitud de algunas personalidades del ayuntamiento de Nueva York.

“La organización, el cuidado y dedicación de vuestros Ministros Voluntarios ha sido excepcional, y muy apreciados, y serán siempre recordados por aquellos a los que ayudaron”, escribió el Jefe de Policía del Ayuntamiento de Nueva York, Joseph Espósito en las semanas que siguieron a los trabajos de asistencia. “No puedo encontrar suficientes palabras de agradecimiento para los Ministros Voluntarios”.

El cuerpo de Ministros Voluntarios sigue creciendo y respondiendo en todas partes del mundo.

Por ejemplo, cuando el volcán Niragongo entró en erupción en el Congo en enero de 2002, inundando la ciudad de Goma con ríos de lava de más de 50 metros de ancho, hubo 150 Ministros Voluntarios de ese país y de la vecina Ruanda que se movilizaron para ayudar al más de medio millón de personas desplazadas por la catástrofe.

Cuando las peores inundaciones desde hacía décadas se desataron en las regiones del centro de Europa y en Alemania en el verano de 2002, los Ministros Voluntarios ayudaron a evacuar gente de sus casas, y apilaron muros de contención con sacos terreros para impedir el desbordamiento de las crecientes aguas. También ayudaron sin tregua a los trabajadores de rescate y asistencia en Budapest, donde jugaron un papel vital en impedir la ruina de uno de los centros históricos de la ciudad.

Más a menudo, sin embargo, los Ministros Voluntarios trabajan individualmente en sus comunidades locales, ayudando allí donde más se necesite.

Los resultados saltan a la vista diariamente, en todo tipo de circunstancias graves o leves, siempre cumpliendo su lema: “Se puede hacer algo al respecto”.

SE PUEDE HACER ALGO AL RESPECTO

Los desastres pueden afectar a naciones, comunidades, familias e individuos.

Existen soluciones funcionales para cualquier dificultad que la gente pueda encarar, en el trabajo, las relaciones, los niños, la educación, las drogas o su bienestar general.

Los Ministros Voluntarios de Scientology están entrenados para ayudar a otros. Responden a las emergencias grandes y pequeñas. Cada día mejoran sus vidas y sus condiciones en todo el mundo.

El cuerpo de Ministros Voluntarios está preparado para ayudar.

Para más información, llama al teléfono:
91/ 523 19 65
93/ 215 67 96
96/ 359 28 12
95/ 452 37 92



Anterior Siguiente
 
Principio de página
 
Anterior | Glosario | Contenido | Siguiente |
| Tu opinión | Sitios relacionados | Librería | Página principal |
Etica & Libertad - La Voz de la Iglesia de Scientology en España
© 1999-2008 Iglesia de Scientology Internacional. Todos los derechos reservados. Para información sobre marcas registradas