![Difundiendo el Mensaje](https://files.ondemandhosting.info/imagecache/cropfit@w=635@cr=105,0,2385,1986@qa=85/data/www.freedommag.org3/201712-an-epic-year/peace-and-unity_parishioners-waving-twth-booklets-KIS_1494_es.jpg?_=bcb74b14)
Antes de que se les presentara el Camino a la Felicidad en Zambia, una empobrecida nación africana, la gente había perdido la voluntad de trabajar juntos por un propósito común. Estaban centrados en su propia supervivencia individual y no estaban buscando soluciones para la pobreza generalizada y el hambre que diariamente amenazaba su supervivencia. Es fácil ver el porqué. La expectativa de vida en Zambia es solo de 62 años, y una historia de hambre, enfermedad y la falta de educación ha significado que la atención a los códigos morales ha tenido que esperar.
![Distritos policiales reciben las buenas noticias](https://files.ondemandhosting.info/imagecache/cropfit@w=400@cr=0,57,2931,1854@qa=85/data/www.freedommag.org3/201712-an-epic-year/peace-and-unity_bishop-distributing-twth-booklets-KIS_1772_es.jpg?_=bcb74b14)
![Todas las creencias](https://files.ondemandhosting.info/imagecache/cropfit@w=400@cr=0,219,2799,1767@qa=85/data/www.freedommag.org3/201712-an-epic-year/peace-and-unity_people-going-to-the-field_KIS1031_es.jpg?_=bcb74b14)
Después de que El Camino a la Felicidad fuera presentado, miles de zambianos y sus familias han comenzado a vivir de manera mas ética, productiva y responsable.
Se lo deben al padre Teddy Sichinga, un pastor anglicano que usa El Camino a la Felicidad para mejorar las vidas de los empobrecidos zambianos una persona, una aldea, una parroquia a la vez. “Los materiales de El Camino a la Felicidad son muy útiles para las familias en mis parroquias”, explicó el padre Sichinga. “Están escritos de una manera sencilla que es fácil de comprender. Empecé a usar estos materiales porque son muy valiosos para la vida diaria. Tenemos aquí mucha necesidad humana y estas herramientas abordan esa necesidad de tal manera que las personas puedan elevarse a sí mismas”.
Enseñar y ayudar a otros es una reacción instintiva del padre Sichinga. Él adquirió un título de maestro antes de decidir ser sacerdote, y combina sus aptitudes académicas y espirituales cuando lleva El Camino a la Felicidad a sus congregaciones. Su éxito fue observado por los líderes de la Iglesia anglicana quienes lo nombraron Capellán Diocesano de Entrenamiento. En este papel de confianza, entrena a otros en los preceptos de El Camino a la Felicidad y les da consejos a colegas predicadores sobre cómo incorporarlos a sus sermones. También proporciona guía sobre cómo establecer grupos locales.